«Vive en una gran ciudad alguna vez, pero vete antes de endurecerte. Vive en el campo alguna vez, pero vete antes de ablandarte» -Mary Schmich-
Caminar por la Villa de Santa María de Leyva es viajar por el tiempo hacia el pasado. Es olvidarse de que el mundo existe y entrar en un especial estado de abstracción que conecta casi de manera perfecta con el misticismo propio de los pueblos de Boyacá.
Me declaro un ser enamoradizo de este tipo de lugares tan llenos inocencia y sencillez desbordante, de pequeñas cosas y detalles que van apareciendo en el camino como promesas de felicidad eterna, quizás por eso me pregunto cada tanto ¿que tiene que envidiarle una gran ciudad a un pueblo como este? ¿a donde nos ha llevado el «progreso»?.
No entraré a hacer una crítica amarga sobre la tecnología y el mundo moderno mientras por otro lado disfrute de sus mieles (casi nunca suelto mi iPad y bendigo a la internet que me permite hacer que los kilómetros que me separan de mis padres o mi novia se diluyan en el espacio), sin embargo, hago esta reflexión a manera de invitación a una búsqueda de equilibrio ya que no siempre es fácil saber cual es el momento de escapar y cuando es tiempo de volver.
Os dejo con esta serie de imágenes las cuales tomé en el fascinante reino de Villa de Leyva, esperando contagiarlos un poco de su luz.
Súper, la reflexión inicial es muy interesante. Viendo la secuencia parece que la historia inicia con el amanecer y finaliza con la noche, si esa era la intención estuvo excelente.
Gracias Juampa, así es, básicamente lo que busco en cada una de mis publicaciones no es tanto mostrar imágenes sueltas sino contar historias a través de cronologías sugeridas como la que tu mencionas ahora.
ese GMC esta del carajo, buena Rafa por dejarnos ver las cosas chirriadas de este mundo o por lo menos de Villa de Leyva
Gracias Juancho, ¡siempre es bueno ver el lado amable de la vida!. Esperemos que dentro de poco este blog se enriquezca gradualmente con experiencias, imágenes y relatos de diferentes lugares del mundo. ¡un abrazo!
Esa primera fotografía es una belleza, ese angulo ni pensao, me gustan mucho todas no hay pic mala, yo no soy amante de los textos cuando de fotografía se habla, me gustó mucho la frase con la que abres, pero sinceramente preferí leer en las imágenes. Me gusto mucho Rafa.
Mil gracias Mao, chevere que te gusten mis fotografías, con ellas quise que fuera perceptible algo así como «un día en Villa de Leyva» . Cuando puedas, pásate por los escritos también, créeme que tanto imagen como texto pueden llegar a ser un buen complemento. ¡Bienvenido!
Hola Rafael, todas las fotos estan bien buenas, sobre todo me gusta la ultima, la de las luces reflejadas. Felicitaciones!
Hombre, Marek… que honor recibir estos comentarios de un fotógrafo como usted, ¡muchas gracias!
Una gran variedad de ángulos de toma, distancias focales, perspectivas, técnicas que configuran una lectura dinámica, entretenida y completa de una experiencia, siendo el lugar el claro protagonista en el relato gracias a un imperceptible pero fuerte hilo conductor. Buen trabajo.
Maestro, siempre es bueno recibir tus comentarios, me hace sentir que voy por el camino, ¡un abrazo!
Sí que me contagiaste!!! Amo ese pueblo, sus calles en piedra, su gente, sus verdes….hay mucho que hacer en los pueblos, en el campo colombiano!! Y como siempre, me deleité con tus fotos!
Es una alegría saber que mis fotos te gustaron, y más aun si lograron contagiarte con un poco de la magia que tienen nuestros pueblos colombianos. ¿algún lugar que recomiendes visitar?
Rafa! me gusto mucho el texto inicial. A mi si me gusta leer lo que pensaste para tejer las imágenes, el por que las seleccionaste y que piensas del lugar donde estuviste. La fotografía es una historia personal siempre, no todos vamos a Villa de Leyva y volvemos con la misma reflexión, y la tuya me gusta mucho. Las fotos son preciosas, la primera y la ultima ni se diga 🙂
¡Maravilloso Nía! siempre he creído que la lectura es muy importante puesto que complementa y pone en contexto las imágenes que por si solas podrían tener muchas lecturas diferentes a la historia que uno como autor quiere contar. Me alegra mucho saber que estos «mensajes en una botella» estén navegando hacia alguna parte, ¡gracias por leer y comentar!
Me encantó este post! Cada foto me recuerda (entre alegría y nostalgia) las múltiples ocasiones que he recorrido esas calles, caminos de un pueblo sinigual… Me gustó la reflexión, cada foto y su color, su brillo, lo que expresas con cada una de ellas: fuerza y vitalidad.
Gracias por invitarme a conocer tu interesante blog.
Sandra, siempre bienvenida por mi blog, que chevere que mis imágenes te hallan causado todas esas sensaciones ¡gracias por comentar!
Rafaaa!! me encantó tu post!! desde q nos abriste la puerta con una narración mágicamente reflexiva y luego con fotos hermosas, cálidas y con miradas diferentes a lo común. Un gran abrazo y t confieso q me agrada escuchar tus comentarios acerca del trabajo de todos, por tu visión creativa. buena vibra.
Gracias Herly, siempre he creído que el texto y la imagen pueden ser buenos compañeros mientras el uno no redunde en el discurso del otro. Un gran abrazo, es muy grato saber que te gustan mis comentarios ^__^ Buena luz para ti.
Excelentes tomas, los ángulos inusuales, la luz y la composición nos embarga de emociones. Felicitaciones
¡Muchas gracias Alvaro!
Me encantó el texto… Acompañado de unas muy buenas fotos… Villa de Leyva es uno de mis lugares favoritos en Colombia. Ni me canso de ir…
FELICITACIONES!
Villa de Leyva es de esos lugares que por más que uno visite muchas veces no pierde su encanto, y siempre tiene nuevas historias para mostrar. ¡gracias por leer y comentar!
Una buena reflexión sobre la forma de vivir, Rafael. Como en tantas cosas de la vida, el sentido común es el que nos va ha decir que escojamos lo mejor de cada lugar. Para mi, vistas las fotos, en Villa de Leyva se puede vivir tranquilo y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida (las importantes) y, ¿por qué, no? sin renunciar a lo bueno que la civilización moderna nos aporta. Y más ahora que, como tu también apuntas, las distancias desaparecen para muchas cosas a través de internet. Me quedo con la segunda foto que me transmite esa forma de vida tranquila, aunque es una magnífica serie. Saludos.
Creería que el sentido común también puede entenderse como esa «voz de la conciencia» o «voz del alma» que no debemos silenciar si queremos escoger el mejor camino. ¡gracias por comentar! ¡saludos!
Desde la fotografía de introducción hasta la última, se siente la magia y el mensaje que quieres trasmitir en esta publicación. Felicitaciones.
Mil gracias Willi, que bueno que ye hallas subido en este recorrido de imágenes.
Rafa, que historia tan bien contada, con las imágenes y con la prosa, realmente motivas a visitar Villa de Leyva, me encantó la foto de portada
Hombre, Rafa… gracias por comentar, que bueno saber que tanto el texto como las fotografías fueron de tu agrado. ¡Saludos!